Hace tiempo que la candidata a diputada Yokasta Contreras, de la Circuncripción # 2 de Santo Domingo Este, trata de no ser despojada del lugar en la boleta que le asigna la Ley de Partidos, que ha sido declarada casi en un 80% inconstitucional y que especifica a la mujeres les asignen no menos del 40, no más del 60… de la cantidad total de candidaturas.
La ley, que viola los derechos de los hombres, que no hace a los candidatos iguales en el ejercicio de la política, que se basa en un «mientras tanto» exista el estado patriarcal, en épocas donde las mujeres se ganan el derecho a pulmón, deja muy débil y a consideración el tema de los que ganan por Convención y las famosas aberrantes reservas por parte de los partidos que también es un atropello contra los que compiten.
Casi toda la ley es no solo desfasada desde la política moderna sino además, descriminatoria.
Yokasta tiene todo el derecho de defender lo que la ley le asigna, estemos de acuerdo o no con ese derecho «solo» por ser mujer, pero es un grave problema de enfoque ver el «encontronazo» por un puesto en la boleta como un atropello a la mujer y no como un tema meramente político pues ya Bertico intentó desplazar a un hombre pues, al final, no importa si es hombre o mujer, es el lugar de la boleta el que cuenta, no el sexo.
Que exista una cuota de la mujer es un sesgo anticuado y extramadamente conservador y machista.
El mutar los temas que tengan que ver con el sexo de los que compiten a un cargo que no desprecia ni sesga es o un caso evidente de manipulación para guiar y crear victimización o un desconocimiento que del ejercicio político se encargan los políticos y en los políticos, todos son iguales.
